Las viviendas de uso turístico, diseñadas y destinadas específicamente para el alquiler a turistas de forma habitual y con fines comerciales, han proliferado en nuestra ciudad durante los últimos años de forma exponencial, sobre todo en el centro urbano y barrios más atractivos de la capital. Este aumento significativo se ha producido de manera irregular, en muchos casos, impactando de manera especial en la ciudad, afectando al propio turismo, la convivencia de los vecinos y reduciendo la vivienda residencial. Este “Efecto AirBNB” afecta principalmente al centro de Madrid, desertificándolo -pérdida de población censada- ofreciendo ratios de un turista alojado por cada dos residentes -en el resto de la almendra central es de 1/9-.
Según los datos del Ayuntamiento de Madrid en 2024 hay 11.126 -año 2023- apartamentos turísticos. De ellos más de un 58% se encuentran en el distrito centro (6.496), mientras que los siguientes distritos son Salamanca (7,67% con 853), Chamberí (5,75% con 640) y Arganzuela (4,75% con 528). Teniendo en cuenta las 86.403 viviendas del Distrito Centro las viviendas turísticas supondrían un 7,5% de las mismas, según los datos oficiales. Además hubo cerca de 450.000 viajeros que utilizaron apartamentos turísticos en Madrid, con más de 1,3 millones de pernoctaciones, lo que supone una estancia media de 3,11 días. Es interesante comprobar como la estancia media del turista que utiliza el apartamento turístico es más de un 50% que la que utiliza un hotel.